Hace algunas semanas, fui con mis amigos a una pista de hielo (para patinar, obviamente). La verdad estaba muy entusiasmado por patinar, e inclusive, practicamos la forma en que nos íbamos a caer. La fila era larga, duramos más de una hora para entrar, pero al final lo logramos. Todo iba muy bien, hasta que entré a la pista de hielo. Al principio solo me sostenía de un tubo, hasta que se acercó una joven a enseñarme a patinar. Para no hacerles largo el cuento, en el proceso de aprender a patinar en hielo me caí 12 veces (sí, las conté).
La razón de mis 12 caídas: no tenía la postura correcta para patinar. Esto ocasionaba un desequilibrio en mi cuerpo al hacerme hacía atrás y por eso caía. Y ni a quien cargarle la culpa, no realizaba las acciones que me indicaba la instructora. Por más que evitaba caer no podía mantenerme en pie.
Todo me esto me llevo a reflexionar acerca de lo que ha pasado en mi vida (y probablemente en la tuya), en donde he estado en situaciones que uno puede llegar a pensar "hasta aquí", "estoy muy desesperado", "no encuentro solución a mis problemas". Y esto se debe al desequilibrio personal, en donde no damos prioridad a cosas en nuestra vida (escuela, trabajo, familia, Dios, etc.).
Cuando no le damos prioridad a la escuela hay probabilidad de que repruebes una materia; cuando no le damos prioridad al trabajo puede que nos bajen de puesto, o al grado de que te corran; cuando no le damos prioridad a la familia existe desconfianza, enojo entre los integrantes (por mencionar algunas más); cuando no le damos prioridad a Dios es desinteresarnos del trabajo, la escuela, la familia, y sin dirección para corregir los problemas que vivamos en nuestro entorno.
Confiamos en ti, Dios nuestro, y no tenemos miedo, porque tú eres nuestro Salvador, nuestro refugio y nuestra fuerza. (Isaías 12:2 TLA)
APRENDÍ A LEVANTARTE, a no ver los problemas y buscar una respuesta, del cual lo encontré en Jesús, el único que trajo libertad a mi vida y le dio dirección a todo lo que hago. Solo puedo decir que Él ha sido (y seguirá siendo) fiel.
La razón de mis 12 caídas: no tenía la postura correcta para patinar. Esto ocasionaba un desequilibrio en mi cuerpo al hacerme hacía atrás y por eso caía. Y ni a quien cargarle la culpa, no realizaba las acciones que me indicaba la instructora. Por más que evitaba caer no podía mantenerme en pie.
Todo me esto me llevo a reflexionar acerca de lo que ha pasado en mi vida (y probablemente en la tuya), en donde he estado en situaciones que uno puede llegar a pensar "hasta aquí", "estoy muy desesperado", "no encuentro solución a mis problemas". Y esto se debe al desequilibrio personal, en donde no damos prioridad a cosas en nuestra vida (escuela, trabajo, familia, Dios, etc.).
Cuando no le damos prioridad a la escuela hay probabilidad de que repruebes una materia; cuando no le damos prioridad al trabajo puede que nos bajen de puesto, o al grado de que te corran; cuando no le damos prioridad a la familia existe desconfianza, enojo entre los integrantes (por mencionar algunas más); cuando no le damos prioridad a Dios es desinteresarnos del trabajo, la escuela, la familia, y sin dirección para corregir los problemas que vivamos en nuestro entorno.
Confiamos en ti, Dios nuestro, y no tenemos miedo, porque tú eres nuestro Salvador, nuestro refugio y nuestra fuerza. (Isaías 12:2 TLA)
APRENDÍ A LEVANTARTE, a no ver los problemas y buscar una respuesta, del cual lo encontré en Jesús, el único que trajo libertad a mi vida y le dio dirección a todo lo que hago. Solo puedo decir que Él ha sido (y seguirá siendo) fiel.
Dios no te quiere ver desanimado, "LEVÁNTATE, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos: mas sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria." (Isaías 60:1-2 RVR)